Lucas 10:30-35 - Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. 31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. 32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. 33 Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; 34 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. 35 Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.
El otro día estaba leyendo un reflexión muy interesante de la parábola del buen samaritano. Lo enfocaba desde un ángulo que muy pocas veces lo vemos. En lo personal nunca lo vi. desde este punto de vista. El pastor que daba esta reflexión mostraba el lado del “hombre medio muerto”. En la parábola nos relata que un hombre descendía de Jerusalén (ciudad símbolo de los que Buscan de Dios) hacia Jericó (Ciudad símbolo de los que buscan los placeres de este mundo). Cuando este hombre iba descendiendo vinieron ladrones y lo asaltaron y lo dejaron medio muerto en el camino. Después habla que descendieron también un Fariseo y un Levita y que ninguno le ofrecieron la ayuda que necesitaba. Luego continúa diciendo que “iba de camino” y esto se entiende que iba de Jericó a Jerusalén, en sentido opuesto a los demás, un Samaritano que movido a Misericordia lo levantó, le vendó las heridas y lo dejó en un lugar hasta que se reponga a todo pago. Yo pensaba que muchas veces nosotros estamos en Jerusalén, en la presencia misma de Dios y de repente estamos de camino a Jericó quizás sin saber por qué, o quizá por que creemos que es lo correcto por que ya no le encontramos un cierto sentido a la vida del cristiano. Indudablemente, en este punto de debilidad es cuando el enemigo nos roba nuestra relación con Dios y nos deja como este hombre medio muerto en el camino. Pero Jesús siempre está allí para curar todas las heridas y protegernos y dejar todo pago hasta que estemos bien. Pensaba también que si nosotros buscamos a ese hombre medio muerto y lo traemos para la iglesia a que de testimonio, tendremos un tremendo testimonio de lo que es el amor infinito de Dios y como le salvó la vida y no solo eso, si no que le dio otra oportunidad también. Yo creo que ya se escucharon muchos testimonios como estos. Ahora me preguntaba el por qué. Por qué muchos descendemos y no nos quedamos en Jerusalén. La respuesta que encontré y en lo que Dios me estuvo hablando en este tiempo y lo pude compartir con algunos amigos es que como cristianos debemos avanzar. No tenemos que quedarnos estancados pensando que como estamos, estamos bien. OJO he, donde estamos, sí estamos bien solo que en ese lugar debemos avanzar. Dios nos manda a Crecer Día a Día.
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