martes, 8 de mayo de 2012

¡CLAMA!... ¡CLAMA!... ¡CLAMA!...



Es de esperarse que nuestra primera reacción ante los casos 
imposibles o las malas noticias, sea la de desesperarnos y afanarnos infructuosamente; y de todas maneras al final, las cosas se ponen peor. No se logra nada, 
y la aflicción es mayor.


Si tu estas así, te es necesario dejar que la paz de Dios de inunde por completo.

Que sea la paz de Dios que te inunde en estos precisos momentos de incertidumbre y de imposibilidades diversas.
Es cierto, cuesta dejar de ver las circunstancias que te rodean y afligirte por su causa. Cuesta cuando la presión, el dolor y todos los inconvenientes están presentes. Cuesta, pero no es imposible.
Por eso, la recomendación que el apóstol Pablo hace en la carta a los filipenses es:

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Filipenses 4:6-7

Es ahora, cuando has de incrementar tu clamor al Señor.
Clámale aunque no veas nada.
Clámale aunque todo en vez de avanzar, retroceda.
Clámale aunque en vez de aclararse, todo se oscurezca.
A medida que lo hagas, las cosas irán cambiando paulatinamente al grado tal de ser evidentes no solamente para ti, sino para los demás.

¡Clama!...    ¡Clama!...  ¡Clama!... ¡Clama!...
El Señor te lo dice ahora.
  Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.
Jeremías 33:3

Descansa en el poder sobrenatural de aquel quien lo puede todo.

Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.
Efesios 3:20

Descansa en lo que Dios ya te prometió. Es seguro que se cumplirá.

Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta.
El dijo, ¿y no hará?  Habló, ¿y no lo ejecutará?
Números 23:19

Y para que tu descanso en el Señor sea continuo e imperturbable, sigue los siguientes consejos prácticos:

No te enfoques en las circunstancias presentes.
Es ahora cuando tu mirada ha de estar enfocada “en las cosas de arriba, donde está sentado Cristo a la diestra de Dios” como se lo dice Pablo a los colosenses.

Deléitate en el contenido de la Palabra de Dios.  
A medida que lo hagas verás como su contenido irá tomando el control total de tus pensamientos. Medítala todo el tiempo que puedas.

Ignora todos aquellos comentarios deprimentes que constantemente escuchas y te hacen sentir muy mal.
Que tu atención esté enfocada en lo que Dios ya te dijo. Atesora sus palabras, y no te dejes intimidar por nada diga.

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